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jueves, 21 de agosto de 2014

Canal del Garona

Un viaje hasta el Atlántico


Viajé a Toulouse en compañía de un buen amigo, en su furgoneta, que también nos sirvió de habitación improvisada para pasar la noche y ahorrarnos un dinero.
Pasamos el día disfrutando de nuevo de una ciudad encantadora y él se quedó allí para visitar un museo mientras que yo partí al día siguiente con mi bicicleta en dirección Oeste por la vía verde del Canal del Garona. Si es posible, no dejéis de visitar el parque, el jardín japonés y los diferentes museos de la ciudad.
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Toulouse - Moissac (64 Km)

Tengo que decir que el comienzo del camino resultó un tanto decepcionante comparado con el Canal del Midi. Y eso es porque esta parte está más industrializada y el canal es más abierto y con menos vegetación que en su parte Este.

Tomo el Canal desde la estación SNCF de Toulouse

Cuidado: Fijaos que saliendo del casco urbano, el Canal continúa hacia la derecha.

Tras despedirme de Alberto y su chambre d'hôtel sobre ruedas, pedaleé hacia la estación de tren y allí tomé el canal que tras un buen rato, me sacó del casco urbano y circulé sin pena ni gloria por un canal un tanto soso.
Por suerte, todo fue mejorando a partir de Montech, un pueblo que visité rápido y me dirigí hacia Castelsarrasin, donde pensaba dormir en el camping.
En Montech hay un desvío a Montauban, para quien quiera visitarlo.

Desde el puente en Montech (El margen derecho lleva a Montauban y el izquierdo a Castelsarrasin)

Para mi disgusto, en Castelsarrasin no había ya camping (lo he tachado en el mapa) y tuve que pedalear hasta Moisac.
Este es un pequeño y encantador pueblo con una arteria principal llamada la Calle de los Artesanos.
En ella, como su nombre indica, muchas tiendas están dedicadas a artesanía local, con especial mención a los sopladores de vidrio, que no tuve la suerte de poder ver trabajar a causa de la hora que era.
También tiene una antiquísima abadía con preciosos bajorrelieves que tanto me gustan, con barrocas representaciones de la muerte, el demonio y fantásticas criaturas mitológicas. Se nota que el clero gustaba de regodearse en los tormentos de los pecadores.

Rue des Artisans

Detalle de las bonitas fachadas

Plaza junto a la Abadía

Cerca de esta población hay un "puente de agua" o esclusa mecánica que eleva los barcos en lugar de salvar el desnivel mediante esclusas. Fui como siempre a la oficina de turismo y pedí un plano y otras informaciones de interés. Pero había que seguir pedaleando, ya pocos kilómetros hasta Moisac.

 Al llegar me dirigí directamente al camping, porque el cuerpo, tras los cortos pero frecuentes chubascos que habían caído durante el día, me estaba pidiendo un ducha caliente.

Puente de Napoleón (al otro lado a la izquierda, el camping)

 La preciosa recepción del camping era un antiguo molino de agua

Me cobraron 9,50€, y aunque el camping era pequeño y con pocos servicios, las parcelas estaban bien cuidadas.

Moisac es un pintoresco pueblo lleno de colorido. Está atravesado por el canal y numerosos puentes lo cruzan para poner en contacto las dos mitades.

Puente de metal giratorio para permitir el paso de barcazas

Disfruté de la tarde recorriendo sus calles y tomando una cervecita fresca al final del día. Hay que amoldarse a los estrictos horarios de apertura-cierre de los comercios.

Curiosa arquitectura en algunas edificaciones

Los puentes y calles están llenos de colorido

Es un lugar agradable, pero la humedad del canal tiene que causar molestias a la fuerza. Sin embargo, es de agradecer lo bien cuidado que tienen todo.


Por fin, tras el primer día superado, me voy a cenar y dormir un poco.

Vista de Moissac desde el camping

Moissac - Agen (46 Km)



Por la mañana temprano recogí la tienda, que tuve que secar porque había llovido por la noche.
Aunque acabe por perder tiempo en ello y salí más tarde de lo esperado, no me preocupó porque el recorrido previsto para ese día era más corto.
Comencé con ganas, porque el paisaje había mejorado mucho y además ya había desconectado de la rutina de la vida diaria. Cuando crucé el primero de los puentes del canal que pasaba por encima del río, sentí de nuevo el placer de la aventura.

Uno de los puentes por los que el canal pasa sobre el río, curioso.

Ya me sentía más aislado e independiente. El entorno era más rural y el canal había recobrado su naturaleza más campestre.


Pasé por Valence-d'Agen y lo visité sin bajarme de la bicicleta apenas para tomar unas fotos y tomar un café en una calle poco concurrida.
Tiene una bonita plaza del marcado y las aceras empedradas así como los porches arqueados le dan un agradable toque rústico.

Plaza del mercado y fuente

Pero había que seguir. No tenía decidido si pararía en Agen o continuaría un poco más, pero circunstancias ajenas tomaron por mí la decisión.
Durante todo el día se alternaron fuertes chaparrones con momentos en los que brillaba un sol que picaba.
Había momentos en que varios ciclistas nos apretábamos bajo los puentes en espera que dejara de diluviar.

Aguardando bajo un puente a que pare de llover

¿Alguien puede creer que este es el mismo día?

Al fín, al llegar a Agen notaba que un fuerte catarro estaba agarrándose a mi pecho, así que preferí tomar el tren y quitarme un día de pedaleo. Próxima estación, Marmade, que está a pocos kilómetros del canal.

Puente peatonal con semáforo que cruza las vías de tren de Agen

Pero ya montado en el tren me subió la fiebre y pedí al revisor alargar el viaje un poco más hasta La Reole, que era uno de los puntos del canal. Así podría descansar el resto del día y tratar de recuperarme o si no el viaje iba a acabar pronto.
En La Reole busqué el camping (6,90€), me tome una pastilla y descansé un rato. Tenía una congestión que no me dejaba respirar tumbado, así que decidí pasear por el pueblo, pero un poco más abrigado.

La Reole es un pueblo precioso y lleva un buen rato recorrer sus tortuosas calles, llenas de edificios históricos y preciosas vistas a la campiña. Me hice con un plano de la villa y pasé el resto del día conociéndola. Por suerte, el tiempo me acompañó y el sol hizo maravillas en mi salud.
En la oficina de información me indicaron por donde salir al día siguiente, ya que ahora se dejaba el canal para internarse en la región interior de Burdeos.

Como puede verse, hay que tomar una carretera comarcal (D9)




Ya tenía ganas de ver la región del vino de la que tan bien había oído hablar.



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